Uno
podría preguntarse qué hace esa gente que va a rezar el rosario frente al
Hospital de Niños, qué sentido tiene… ¿No sería mejor, acaso, si quieren rezar
por algo que recen discretamente, en sus casas, o en alguna iglesia? Además,
algunos están ahí con pancartas, porque el motivo es el asunto este del aborto…
pero si se trata de manifestarse en contra de algo, ¿no es mejor hacer un poco de lío como
hace la gente decente?: cortar una calle, golpear platillos y tambores,
encender bombas de estruendo, quemar cubiertas, y cosas así por el estilo…
Pero
no, esta gente va allí, rezan el rosario, dan lugar a quien necesite paso en la
vereda, piden disculpas si no lo vieron, hablan amablemente con quien se
acerque a preguntar algo o a pedir oración para algún chiquito internado, hacen
lo posible para no molestar a nadie, en media hora terminan su oración y se van,
y el lugar queda tal cual estaba cuando ellos habían llegado.
Rezan
para que las leyes reflejen el natural orden de las cosas, que entre otras
muchas consiste en que no hay motivos para dar muerte a un bebito en el vientre
materno, rezan por quienes promueven el aborto, quienes parecen haber
petrificado sus corazones para no dolerse ellos mismos, rezan por quienes están
pensando en realizar un aborto, para que se den cuenta de que eso no es una
solución, para que se den cuenta de que no están solos, de que hay gente
dispuesta a tenderles una mano, rezan por quienes han realizado un aborto, para
que se den cuenta de que la Misericordia de Dios es lo que nos da la verdadera
Paz, ya que Él mismo quiso cargar con nuestras culpas, rezan por el alma de los
bebitos abortados, rezan por los médicos y profesionales de la salud, rezan por
los chicos allí internados, rezan por las autoridades civiles y por las
autoridades religiosas…
No
se trata de protestar ni mucho menos de juzgar… sino de no ocultar el dolor y
de rezar por esta generación, porque así como hay que tener
discreción al rezar (Cf. Mt. 6, 6), también debe tenerse en cuenta que la lámpara encendida debe colocarse en un lugar que dé luz (Cf. Mt. 5, 15). Hay que hacer
ambas cosas.
La
oración volará al cielo como el incienso, y la presencia -visible y audible- de
esta gente, tal vez sea la única nota discordante que algunas personas
escuchen. Cuando multitudes cantan la misma horrible canción, la única nota
discordante -y acaso apenas audible- tal vez sea la que nos muestra el camino
hacia la verdadera Armonía.
Jesús está donde dos o tres se reúnen en su nombre. En ese lugar de tanto dolor acercarle el consuelo de Jesús que se hace presente allí es un acto de misericordia que justifica ir hace casi dos años todos los viernes a rezar el Rosario. Quizá para mucha gente sea el único lugar donde podrá leer que "el aborto es un crimen" y si han tenido la desgracia de cometerlo que sólo en Dios estará su paz y su perdón. No importa que nadie lo entienda. Creemos que Dios lo quiere y lo hacemos por El.
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